Consejos para mejorar la eficiencia energética de tu vivienda
¡Toc, toc! En esta ocasión, hablamos de una tema que nos afecta a todos, tanto a propietarios, como inquilinos. La energía necesaria para climatizar una vivienda, tanto en los meses más calurosos, como en las épocas en las que el frío se vuelve demasiado molesto, es siempre una idea que nos genera muchos dolores de cabeza.
Está claro que no todos los edificios son igual de eficientes en el consumo de energía, ya que dependen, en gran medida, de su aislamiento térmico y del uso o no de energías de origen renovable.
Por tanto, tu vivienda debe estar correctamente diseñada y preparada para mantener una temperatura estable en su interior, de unos 20°C aproximadamente, durante todo el año. De este modo, conseguirás crear un clima confortable que no te obligue a realizar un elevado consumo de electricidad o gas. Sin embargo, la realidad es bastante diferente en muchas ocasiones: existen casas que no incluyen los materiales aislantes más adecuados o si por el contrario, los tienen, no son suficientes o no cumplen bien con sus objetivos.
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Eficiencia energética: aspectos que debes tener en cuenta
¡Comienza a aplicar soluciones! Para que puedas ahorrar en tu factura de electricidad y no tengas ningún susto, tienes que valorar diferentes aspectos, conociendo las zonas de tu casa en las que se produce una mayor pérdida de energía y aquellos apartados en los que resulta más complicado aplicar materiales aislantes. Estos son los términos que debes manejar, sabiendo muy bien su significado:
Aislamiento:
Se trata de la “ropa” que viste a la vivienda, protegiéndola y evitando que nos ataque directamente el frío durante los meses de invierno y el calor durante las semanas de verano.
Ventilación:
Resulta evidente que tu hogar debe estar bien ventilado, sobre todo, para evitar la aparición de problemas de condensación, en las paredes y en el techo, producidos por una ventilación incorrecta del ambiente.
Puentes térmicos:
Son los puntos de la casa en los que resulta más difícil colocar un aislamiento más duradero, debido a la propia forma de los elementos arquitectónicos, como por ejemplo, en esquinas o en algunos elementos realizados en forja.
Hermeticidad:
Sin tener en cuenta los diferentes huecos que se realizan en las paredes a la hora de construir una vivienda, entre los que se encuentran las puertas y las ventanas, es muy habitual que existan también varios tubos que las atraviesan. Es precisamente a través de ese lugar por donde se puede producir una entrada de aire del exterior, afectando negativamente al aislamiento.
Regulación solar:
El sol resulta imprescindible para tu diversión al aire libre, pero también es fundamental para calentar tu casa en invierno y evitar que se alcancen altas temperaturas en verano. Para que puedas controlar este aspecto, debes conocer la orientación y los elementos que pueden hacer sombra en la vivienda.
¿Cómo puedes mejorar el aislamiento térmico de tu casa?
En relación con todo lo anterior, te mostramos varias soluciones que puedes comenzar a aplicar en tu vivienda para evitar las mencionadas pérdidas de energía. Algunas de las más interesantes son las siguientes:
Crea paredes dobles:
Lo primero que debes hacer es asegurarte de que tus paredes incluyen un material aislante adecuado, sobre todo, en aquellas que tienen más contacto con el exterior o que soportan los efectos de climas extremos, por ejemplo, si vives en la montaña. ¿Sabías que a través de un mal aislamiento de las paredes se pierde hasta un 35% del frío y el calor del interior?
Lo más recomendable es que contrates los servicios de un equipo de expertos profesionales como Lund para la construcción de paredes con doble revestimiento. Entre ellas, se deja una cámara de aire en la que se introduce un material aislante de, al menos, 5 centímetros de grosor.
Incluye ventanas y puertas eficientes:
Si no cierran herméticamente, son las causantes de la pérdida de la cuarta parte de energía de tu hogar. Por ello, lo mejor es que instales ventanas con doble acristalamiento, incluso, si puede ser, con cristales de baja emisión, ya que retienen poca temperatura.
Respecto a las puertas, lo más importante es que no tengan cambios de tamaño, sobre todo, en las de madera, por un exceso de temperatura. Como sabrás, la rendija inferior de las puertas es el lugar por donde se escapa gran parte de la energía de tu vivienda, aunque existen coberturas específicas para esta zona.
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Suelos y techos en buenas condiciones:
Solemos pasar por alto estos dos elementos, aunque podemos mejorar su rendimiento con alfombras y suelos de madera. En cuanto a la parte más alta de las habitaciones, se puede aplicar un aislamiento térmico superior junto a una lámina para evitar la condensación y un sistema de ventilación adecuado.
Los mejores materiales aislantes para tu vivienda
Por último, te mostramos algunos de los mejores materiales aislantes, que son aquellos que consiguen los mismos resultados que el resto, respecto al control de la energía, pero aplicando un menor espesor de material. Algunos de los ejemplos son:
Corcho:
Es uno de los materiales más económicos y efectivos, al mismo tiempo.
Fibra de vidrio:
Su modo de empleo es algo más complejo, aunque no es inflamable.
Celulosa:
Es uno de los materiales más respetuosos con la naturaleza por su base de papel.
Poliestireno:
Muy adecuado para colocar en las paredes y muy resistente al agua.
Espuma de poliuretano:
Uno de los mejores aislantes en la actualidad para rellenar huecos y fisuras.
¿Conocías estos consejos y materiales para regular y controlar la energía de tu vivienda? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
