• diciembre

    12

    2024
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¿Qué es el aislamiento térmico y por qué es clave para ahorrar energía?

¿Qué es el aislamiento térmico y por qué es clave para ahorrar energía?

El aislamiento térmico es una de las estrategias más efectivas para ahorrar energía y mejorar la eficiencia energética de los edificios, garantizar el confort interior y contribuir a la sostenibilidad. En este artículo, abordamos qué es el aislamiento térmico, los diferentes tipos disponibles, sus beneficios, y las normativas que regulan su uso.

 

¿Qué es el aislamiento térmico?

El aislamiento térmico es un conjunto de materiales y técnicas utilizadas para reducir el paso de calor entre dos ambientes con diferentes temperaturas. En la construcción de edificios, se aplica principalmente para evitar que el calor salga durante el invierno o entre en el interior durante el verano. Esto ayuda a mantener una temperatura interior estable, reduciendo la necesidad de sistemas de calefacción o refrigeración y, por lo tanto, es una solución para ahorrar energía.

En otros términos, el aislamiento térmico actúa como una barrera que impide el flujo de calor, lo que hace que los edificios sean más eficientes energéticamente y más confortables. Existen varios materiales y soluciones que se utilizan para lograr este objetivo, y la elección del más adecuado depende de varios factores, como el tipo de edificio, el clima y el presupuesto disponible.

 

¿Qué tipo de aislamiento térmico es mejor para ahorrar energía en tu hogar?

A la hora de elegir un material para un aislamiento térmico, es fundamental conocer las características y ventajas de las opciones disponibles en el mercado. Cada material tiene propiedades específicas que lo hacen más adecuado para ciertos usos y condiciones. 

Presentamos una lista de los principales aislantes térmicos utilizados en construcción, destacando sus particularidades y aplicaciones más comunes.

1. Espuma de poliuretano: Es un material derivado del petróleo y el azúcar, que resulta en una espuma rígida, ligera y con una baja conductividad térmica. Destaca por su excelente adherencia a diversos tipos de superficies y su capacidad para absorber muy poca humedad. Entre sus ventajas más notables está su fácil aplicación, ya que puede utilizarse para rellenar cámaras y huecos mediante una pistola aplicadora, lo que la convierte en una opción práctica y versátil.

2. Poliestireno expandido: Conocido también como porexpan o corcho blanco, este material sintético es altamente versátil, lo que lo hace muy popular en el sector de la construcción. Se emplea tanto para el aislamiento térmico como para reducir densidades en diferentes estructuras. Su ligereza y capacidad aislante lo convierten en una solución para ahorrar energía.

3. Poliestireno extruido: Este material comparte muchas similitudes con el expandido, aunque presenta propiedades específicas que lo hacen único. El poliestireno extruido es resistente al agua, lo que lo convierte en una opción ideal para la impermeabilización de cubiertas. Además, tiene una notable resistencia frente al hielo y al deshielo, lo que lo hace apto para su uso en techos, cubiertas y tabiquería, ofreciendo un rendimiento fiable en condiciones extremas.

4. Lana de vidrio: De origen mineral y natural, la lana de vidrio está formada por filamentos de vidrio aglutinados con resina. Este aislante, obtenido mediante un proceso similar al de la lana de roca, se caracteriza por su resistencia a la humedad y sus propiedades ignífugas. Está disponible en formatos de paneles o mantas, lo que facilita su adaptación a distintas aplicaciones en la construcción.  

5. Lana de roca: Los paneles de lana de roca son uno de los aislantes térmicos más utilizados en edificación debido a su alto rendimiento. Este material está compuesto principalmente de roca volcánica combinada con un pequeño porcentaje de ligante orgánico. A diferencia de los poliestirenos, la lana de roca es incombustible, lo que añade un plus de seguridad en aplicaciones constructivas. Además, gracias a la disposición multidireccional de sus fibras, ofrece un excelente aislamiento acústico, lo que lo convierte en una solución integral para múltiples necesidades.  

Otros elementos como el corcho, el algodón o la celulosa se emplean para el aislamiento de fachadas, pero no son los más comunes ni efectivos. Consulta nuestras obras realizadas.

Aislamiento térmico en edificios

 

¿Cuáles son los beneficios de un adecuado aislamiento térmico?

El aislamiento térmico ofrece numerosos beneficios tanto económicos como ambientales. Detallamos los más relevantes:

– Ahorrar energía: Uno de los principales beneficios del aislamiento térmico es que reduce la necesidad de calefacción en invierno y aire acondicionado en verano. Al mantener una temperatura interior estable, el aislamiento permite disminuir el consumo de energía de estos sistemas, lo que se traduce en menores facturas de electricidad o gas.

– Mejora del confort: Un espacio bien aislado se mantiene a una temperatura agradable durante todo el año. Esto mejora la calidad de vida de los ocupantes, ya que se elimina la sensación de frío en invierno o calor excesivo en verano. El aislamiento también ayuda a evitar corrientes de aire y ruidos molestos provenientes del exterior.

– Ahorro económico: Aunque la instalación de un sistema de aislamiento térmico puede requerir una inversión inicial, el ahorro en costos de energía a largo plazo compensa con creces el gasto. Además, el aislamiento aumenta el valor de la propiedad, convirtiéndose en una inversión rentable.

– Impacto ambiental: Reducir el consumo de energía no solo es beneficioso para el bolsillo, sino que también tiene un impacto positivo en el medio ambiente. Menos energía consumida significa menos emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.

Aislamiento térmico en exteriores

 

¿Cumples con la normativa vigente sobre aislamiento térmico? 

La instalación de aislamiento térmico no es solo una cuestión de confort o ahorro energético, sino que también está regulada por normativas y estándares técnicos. Estos establecen los requisitos mínimos de eficiencia energética que deben cumplir los edificios, tanto en su construcción inicial como en las reformas.

– Normas y regulaciones: En muchos países existen normativas que exigen el cumplimiento de ciertas condiciones de aislamiento térmico. Por ejemplo, en Europa, la Directiva 2010/31/UE sobre eficiencia energética de los edificios establece que los edificios nuevos deben cumplir con altos estándares de eficiencia energética. 

En España, el Código Técnico de la Edificación (CTE) regula los requisitos térmicos de los edificios, especificando la cantidad mínima de aislamiento que debe instalarse en techos, paredes, suelos y ventanas.

– Certificaciones energéticas: Además de las normativas, existen sistemas de certificación energética que premian a los edificios con un alto rendimiento energético. Las certificaciones como LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) y Passivhaus son ejemplos de estándares internacionales que promueven el uso de tecnologías y materiales eficientes en la construcción y rehabilitación de edificios. Para obtener estas certificaciones, uno de los aspectos clave es contar con un aislamiento térmico de calidad.

 

Si quieres proteger tu vivienda del frío y ahorrar energía, en Lund contamos con experiencia en la rehabilitación de edificios y aislamientos térmicos. Además, podemos ofrecerte un presupuesto exacto para tu caso, ya que el precio de estas reformas varía según las condiciones de cada vivienda.

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